¿Quién tiene la culpa de mi suspenso?

Estos días me encuentro inmersa en el nuevo planning, intentando coger el ritmo y con esa sensación extraña de llevar pocos temas. Cuando has suspendido hace relativamente poco tiempo todavía tienes en el cuerpo la sensación de machaque pre-oral, de meterte entre pecho y espalda muchísimos temas diarios, por lo que cualquier cifra lógica entre convocatorias te parece poca. Sin embargo, eres consciente de que para poder llevar con calidad muchos temas en la víspera del examen es necesario machacarlos con más calma durante el resto del año. No se puede pretender hacer un sprint a lo Usain Bolt sin previamente haber entrenado minuciosamente cada músculo, y eso es lo que tengo que recordarme cada día cuando miro el planning y digo: "¿Pero me voy a tirar 3 horas con este tema facilón de civil? Dios!" Pues sí hija, sí. Te vas a tirar 3 horas con ese tema de civil porque cuando vuelvas al TS ese tema tiene que estar fijado a fuego en tu cerebro, como los diálogos de Titanic que tan bien te sabes y que no aportan nada en tu vida. Así no me pasará lo que este año, que un artículo de los que hay que saber como el Padrenuestro se me borró del cerebro espontáneamente, para luego volver a aparecer mientras le explicaba al bedel porqué creía que había suspendido aunque todavía no me habían dado la noticia, y le recitaba el mismo artículo que veinte minutos antes no había narices de sacar de mi cabeza.

Volviendo al planning. Cuando el suspenso es reciente creo que existe una tendencia a lo que mi preparador llama "buscar culpables". Si yo no he aprobado pero otras personas que conozco sí lo han hecho y sobradamente, entonces las opciones que se presentan son:
- Los demás están más preparados que yo, es decir, yo tengo la culpa, es decir, soy idiota.
- Los demás tenían mejor estrategia global y/o mejores tácticas parciales, es decir, yo tengo la culpa, es decir, soy idiota.
- Los demás tenían un buen preparador y yo no tengo la misma suerte, es decir, yo tengo la culpa (por no cambiarme, por no buscar a otra persona), es decir, soy idiota.
- Los demás estudiaron más que yo, es decir, yo tengo la culpa (por ser una vaga), es decir, soy idiota.
- Los demás tuvieron más suerte... No, este no es un argumento. Nadie aprueba por suerte. Aunque sí se suspende por mala suerte. En todo caso, como la suerte no es algo controlable, yo tengo la culpa por aferrarme a ello como justificación / exculpación / motivo de lamento. Así que en definitiva, por perder tiempo llorando mi falta de suerte, vuelve a ser mi culpa, vuelvo a ser idiota.

En este punto es necesario hacer una pequeña parada. La autocrítica es necesaria en su justa medida, pero debemos hacer el esfuerzo de no ser destructivos con nosotros mismos. Me gustaría escribir sobre esto más detenidamente, espero poder hacerlo otro día, pero básicamente creo que existen dos tipos de opositores: los que nos exigimos tanto que nos hacemos daño a nosotros mismos, y las personas que tienden a ser demasiado indulgentes con sus errores. No es bueno estar en ninguno de los dos extremos, aunque está claro que es una cuestión de personalidad. No es positivo salir del examen sintiéndose una mierda pinchada en un palo cuando seguramente lo has hecho bien, aunque no haya sido suficiente, y aunque hayas hecho un examen de salir corriendo, eso no te define. Pero tampoco es bueno salir de un examen justificando tu suspenso en factores exclusivamente exógenos, que te liberen de cualquier responsabilidad al respecto. Cuando suspendí el test teniendo casi un 70 de nota no pensé "bueno, he aprobado pero no he pasado el corte, tengo buena nota, llevo poco tiempo", sino que pensé "he suspendido" (porque había suspendido: el test se aprueba cuando se pasa la nota de corte, no cuando se saca más de 50), e intenté ser dura conmigo misma y con mis motivos del suspenso, sin caer en fustigarme pero evitando darme excusas que no dejan de ser eso, excusas. 

Una vez llegamos a la conclusión de que somos responsables -que no culpables- de nuestro suspenso (salvo situaciones de absoluta injusticia que por supuesto que se dan en nuestra oposición, en que un Tribunal suspende a una persona que lo ha hecho bien, por motivos aleatorios; eso pasa, pero no fue mi caso), debemos concretar un poco más, y ahí es donde empezamos a dudar de todo lo que hemos hecho hasta este momento. En parte es lógico, porque en una oposición a priori parecen entrar pocas variables, podríamos resumirlo en:
opositor, preparador, planning, esfuerzo, suerte.

Vista la ecuación, mi mente amante de las ciencias me susurra que alguno de los elementos ha fallado y por eso el resultado no ha sido positivo, sino negativo. Así que tras un suspenso queremos un cambio radical de sistema, incluso de preparador, de horarios o rutinas de estudio, en fin, de todo lo que efectivamente podemos modificar, porque la suerte no está en nuestra mano tocarla.

En mi caso, el cambio de planning ha sido bastante heavy, porque he pasado de llevar un sistema de vueltas a combinar vueltas y arrastre, intentando así fijar los temas en la memoria a largo plazo, porque yo he heredado la capacidad memorística de un pez multiplicada por mis kilos, es decir, si un pez fuese capaz de estudiarse la usucapión la podría retener 2 segundos; yo la retengo a la perfección, pero muy poco tiempo, a los pocos días tengo ideas que puedo obviamente explicarle a cualquiera, pero la literalidad ni está ni se la espera. Mi memoria funciona a corto plazo (os preguntaréis que entonces para qué me meto en una oposición puramente memorística, pero sí, una que es un poco kamikaze), así que la idea es intentar combinar vueltas (sobre todo de los procesales, que los tengo mucho más verdes que el primer oral) y arrastre, especialmente de penal, para incidir en la literalidad. Mi propósito es que el planning este año sea mi hoja de ruta hacia el aprobado, y por eso me he prohibido terminantemente hacer cambios en él cada dos por tres, porque una semana haces un cambio, otra otro y así hasta que un día te das cuenta de que lo has mandado a la mierda y vuelves a tus antiguos vicios y además a pasar la vergüenza de ir al preparador con todo lleno de típex por los temas que has tachado, con la consiguiente bronca. El planning está para cumplirlo (nótese que me intento autoconvencer, porque no he cumplido el planning a rajatabla prácticamente nunca).

Espero que no os haya aburrido mucho esta entrada y que si por desgracia suspendeis, seais capaces de encontrar el motivo (o los motivos) y no tropezar varias veces en la misma piedra. 


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