Be Rocky


Las semanas pasan, el examen se acerca y yo vuelvo a mis neuras opositoriles. El planning empieza a crecer ante mí como Moby Dick surgiendo entre las olas y yo me siento como el capitán Ahab, intentando enfrentarme a lo que ya me tumbó en otras ocasiones (¿dramática yo?).
Así que me aferro a mis imprescindibles pre oral y uno de ellos es este señor que si la tecnología no me falla veréis ahí arriba en la foto: Rocky Balboa. Realmente aún me quedan varios meses antes del examen, por primera vez no me ha tocado pronto y el ritual-Rocky no empieza hasta unas semanas antes, pero ayer casualmente pusieron en Dmax la de 2006.

Para los que no seáis fans de Rocky (de todo tiene que haber en este mundo), la peli de 2006 es esa en la que Rocky se pasa una hora dramatizando y siendo un poco pesadito e intenso por un pasado que añora, que le lastra y le impide ser feliz, hasta que descubre que necesita cerrar una puerta, necesita un último combate.
Entre pitos y flautas se organiza uno con el joven campeón invicto del momento y todo el mundo se descojona de Rocky, porque es un señor (de una edad indeterminada entre los 55 y los 65 años, porque ese tinte de pelo nos engaña, señoras) que fue exitoso en los 70-80 y han pasado 30 años. Cómo va a enfrentarse a un chaval en plena forma? Nadie cree en él, ni su propio hijo. Pero Rocky tiene algo: confianza en sí mismo.

En fin, no os haré spoilers pero la película, teniendo en cuenta que no es una joya del cine contracultural iraní, para una opositora en capilla es un chute de motivación en vena muy gordo. Rocky se enfrenta a la pelea como quiero enfrentarme yo a la oposición y sobre todo al examen: aguantando los golpes y avanzando.
Es así como él ganaba los combates, no era el más rápido, ni el más grande, ni el que tenía mejor técnica, pero sí era el más fuerte. Encajaba todos los golpes sin dejar que le tumbasen y si se caía, volvía a levantarse para seguir llevándose una paliza, sangrando y resistiendo, esperando el momento para dar él su golpe.

La oposición, para los que no somos los más listos ni los que tienen más memoria, es un ring donde vamos a sangrar lo más grande y sabiéndolo, tenemos que aguantar en pie y seguir peleando (estudiando), hasta que veamos la ocasión de dar ese golpe de KO y llevarnos el combate. Pero para ganar antes hay que aguantar y para aguantar hay que tener confianza en que el momento llegará.
Algunos llevamos mucho aguantado en el ring, así que realmente deseo que este sea el año en que tumbemos al rival y nos convirtamos también hacia fuera en ese campeón/campeona que llevamos dentro.
Fuerza a todos/as!

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