De las arenas movedizas de la oposición

Hola!

Llevo varias semanas ausente, pero tiene una explicación y es que he pasado lo que yo llamo "la arena movediza opositoril", que no es otra cosa que un desierto de estudio, caracterizado por una ausencia de concentración y, en pocas palabras, unas semanas bastante infinitas y agotadoras de bache mental, en las que la vida en general se me ha hecho muy cuesta arriba y lo último que me apetecía era meterme en redes sociales o en el blog a contar mis desgracias, que si lo pienso objetivamente, no lo son, porque por suerte tengo (tenemos) salud, que aunque parezca un comentario de abuela de posguerra, es lo que cuenta.

En las últimas semanas he querido permanecer un poco al margen de todo, porque desde un punto de vista egoísta necesitaba levantarme yo sola de mi suspenso, algo que me ha costado la friolera de 2 meses y medio (y no estoy todavía al 100%), y ponerme en marcha sin nada que me perturbase el horizonte. Esto no ha podido ser tan así como me gustaría, porque ciertos problemas familiares me han obligado a buscarme un trabajo por horas que me quita tiempo de estudio, pero que por el momento no puedo dejar. Por otro lado, al quitarme algunas horas, me obliga a exprimir la productividad de las que tengo, así que estas semanas en que estaba tan abajo que me costaba concentrarme media hora seguida me ha servido de aliciente para marcarme metas y cumplirlas, porque sabía que no me podía permitir estar 12 horas delante de los temas para estudiarme 3 hojas. Lo que no hiciese en esas horas no podría hacerlo después porque tendría que ponerme con las cosas del trabajo, con lo cual fui consiguiendo poco a poco centrarme un poco en la vida real y menos en mis propio bajón. Mi intención, si todo va bien, es trabajar hasta principios de junio y después dejarlo para poder tener todas las horas disponibles para el estudio. No es la primera vez que me veo obligada a compatibilizar la oposición con un trabajo y es una mierda. Los días libres no existen más que en tu imaginación, y siempre tienes la sensación de ansiedad, de no llegar a todo, de poder estar haciendo más... Pero hay veces que no puedes elegir.

De vez en cuando me pongo el planning delante de las narices y me entran los siete males al ver que estamos a 6 MESES !!!! de octubre, es decir, que estamos ahí al lado de la convocatoria y yo me he pasado 2 meses y medio estudiando no ya a medio gas, sino a un cuarto de litro de gas como mucho, y digo Dios mío hija ponte ya las pilas porque este año tiene que ser sí o sí, es que no hay otra posibilidad.

Ojalá pudiese contar cosas más estupendas y animosas, pero no puedo. Esto es lo que hay. También por eso he querido estar un poco alejada de las redes sociales, no me apetece deprimir a nadie con mis dramas cíclicos. Os juro que admiro mucho a la gente que suspende y al día siguiente está a tope de power motivada, y con el ánimo por las nubes, llevando 30 temas semanales y sacando el lado bueno de las cosas, lo digo de verdad, ojalá yo fuese así. Pero aunque intento trabajarlo, no me sale. Quizás sea que me pesan ya los años, que este verano hago 5 añacos de oposición y como se suele decir, a partir de los 4-5 años la ilusión ni está ni se la espera (también se dice que a partir de los 7 años no se dice cuántos llevas... a mí ya me cuesta decirlo y son 4 y medio largos). No me entendáis mal, yo tengo ilusión por aprobar y ponerme la toga, por cumplir mi sueño, pero me refiero a la ilusión con la que te levantabas por las mañanas y cogías los temas, la inocencia con la que afrontabas cada suspenso pensando que el año siguiente cuando fueses más preparada te comerías el mundo... Esa ilusión inocente y cándida se pierde, no sé si a los 4, 5, 6 o 7 años (esto es como lo de perder la pasión de la pareja... cada uno es un mundo), pero que va a menos, eso seguro. Cuando suspendí hace dos años el oral dije... La siguiente me la llevo de calle, solo me falta darle caña a esto, yo puedo, Rocky a tope, vikinguismo en vena, a mí nada ni nadie me tumba los sueños. El año siguiente la hostia fue descomunal y aún así a la semana del suspenso estaba estudiando como una campeona, también a tope de motivación, más en plan gacela herida en su orgullo que va a demostrar lo que vale un peine, pero ahí estaba comiéndome los temas. Y este año... Bueno, este año me he regodeado en la mierda por encima de mis posibilidades. Pero ya estoy saliendo (para droga, la opo).

Creo que también me ha afectado que las pocas veces que he conectado con el mundo opositoril estas semanas han sido para enterarme de suspensos de personas cercanas a mí que llevan más tiempo que yo, algunas de las cuales habían llegado varias veces al último oral y este año han caído en el primero. Son esas cosas las que te matan la ilusión, las excusas peregrinas, los temas doctrinales que no gustan, en fin, los suspensos aleatorios de los que te hablaban al principio de la oposición pero que tú pensabas que eran cuentos de vieja, que cuando estás preparada, apruebas. Pero entonces ves a compañeros preparados que no aprueban, y a gente menos preparada que aprueba, y dices, joder, y si yo soy de las que no aprueba nunca?

Que nadie me entienda mal. Todo el que aprueba se lo merece, absolutamente todo, porque ha tenido que memorizarse los temas, aprobar un test dificilísimo, pasar un oral con un nivel de exigencia bestial y después... Otro oral! Nadie puede decir que alguien que aprueba, aunque sea en 2 años, no se lo merece ni lo ha peleado, sería echar por tierra el trabajo incansable de alguien a quien ni conoces. Lo que quiero decir es que no siempre los que aprueban la oposición son los mejores, ni siempre las personas preparadas aprueban la oposición. Si no estás preparado, no apruebas. Pero estando preparado, puedes no aprobar jamás. Y esa certeza incontestable me pesa muchísimo. Aunque la racionalizo, y me digo: si decides seguir, debes cargar con ella y cambiar lo que está en tu mano, lo que te ha llevado a suspender. Porque yo no he suspendido por causas ajenas a mí, sino porque mi examen no fue suficientemente bueno. Así que puedo pelear lo que me toca. Pero aunque aprobase, aunque el año que viene sacase mi plaza, no me gustaría ser de los que olvidan ese hecho. Que otros trabajaron tanto o más que yo, y no lo consiguieron.

Me deprimo a mí misma con esta entrada, pero de verdad, no estoy ya tan abajo como parece, solamente es una recapitulación de las miserias que he arrastrado estos meses. Ahora voy subiendo, sin prisa pero sin pausa, en todos los sentidos. He vuelto al gimnasio, estoy intentando madrugar un poco más, hacer más horas efectivas de estudio (si antes del examen hacía 14 diarias, después de suspender no llegaba a 2 diarias efectivas, tirándome 10 delante de los libros. Esa era mi realidad, por si alguien está igual, que no se agobie con lo que ve en las redes sociales, no está solo/a. Ahora he conseguido llegar a unas 5 efectivas al día, que es una mierda, pero poco a poco estaremos mejor), voy subiendo un poco los temas semanales, introduciendo las actualizaciones e intentando no pensar. No pensar, a veces, es bueno.

Aprovecho esta entrada para felicitar a las compañeras que han pasado al último examen. Especialmente a @opodeoportunidad (usuaria de Instagram), porque es una chica real, que cuenta las cosas tal y como son, sin florituras y sin fliparse, que reconoce que la gente normal incumple el planning, que descansa, además de una crack por llegar al tercer examen con solo 3 añitos de oposición. A todos los demás también os felicito y os deseo suerte, pero no quería dejar de mencionarla especialmente a ella, porque además al estar ausente de las redes me enteré de su aprobado ayer mismo... Esperemos que en unos mesecitos nos haga crónica victoriosa!
A por ellos!!

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